A Virginia y Alejandro no diremos que los conocimos porque más bien fueron ellos los que nos conocieron a nosotros en plena "acción" durante la boda de Isa y Abel, unos íntimos amigos suyos que se casaron en el año 2015.
Virginia es de Palencia y Alejandro de un pueblo de Almería pero se conocieron en Madrid y es que las horas de trabajo en la misma empresa consiguió que se estableciera una conexión de fibra óptica (los dos son informáticos)
A Virginia no le gusta Madrid (y eso que lleva ya un "puñado" de años viviendo allí), pero como está enamorada del sur y del mar, decidió que si se casaba por la iglesia sería sin duda en Las Salinas de Cabo de Gata; una de las iglesias más bonitas que existen en la provincia por no decir la que más.
Fue una boda religiosa cortita y amena tal y como ella quería y aunque el tiempo no acompañó demasiado porque hizo muchísimo viento, no impidió que los invitados lo pasaran en grande. La celebración tuvo lugar en Casa Rafael, donde el servicio y el trato es inmejorable.
Tienen una gata preciosa negra de unos 7 añitos que se llama Luna y que fue la protagonista de su boda, ya que toda la serigrafía creada por Miriam, una amiga de ellos que también es fotógrafa, hacía referencia a su gata.
Ella iba vestida de Rosa Clará con zapatos de MariaMare y él llevaba un traje de Eres, una tienda de Almería y de la decoración florar se encargó Tortosa.
Tras la boda en la que lo pasamos en grande y nos acogieron como unos invitados más, porque ambas familias son un encanto, súper cercanas y amables, exactamente igual que ellos dos (sois unos cracks chicos) llegó el momento postboda que fue muy divertido ya que nos permitió intimar mucho más con ellos y hasta conseguimos que se lanzaran a la aventura y acabaran calados del todo en la playa ¡nos encanta cuando los novios se sueltan la melena!
¡Sin duda una parejaza de lujo!